Uno de los aspectos más difíciles de una transacción inmobiliaria es tratar con clientes complicados. El cliente es un elemento clave de cualquier inmueble.
Sin ellos, no habría ventas ni ingresos comerciales. Por eso es tan importante invertir tiempo y recursos en una buena gestión del servicio al cliente.
Si deseas vender más bienes y satisfacer a los clientes y mantenerse fiel a su inmueble, tú y tu vendedor deben estar preparados para tratar con todo tipo de personas que llamen su atención.
La vida es complicada, también las ventas. Las personas que son fáciles de tratar con los clientes nunca vendrán y nunca serán todos iguales. Hay muchos tipos de clientes, la mayoría de los cuales pueden ser difíciles o complicados de tratar.
Podemos categorizarlos en función de su comportamiento y disposición de la empresa. Para todos, necesitará una forma diferente de comportarse. Quieres estar preparado y entenderlos.
Clientes con poca información
Quieren el producto o servicio a toda costa, ya sea por su calidad, reputación u otros que lo posean, pero el problema es que el producto no puede o no puede realmente satisfacer sus necesidades reales. Para evitar esta situación, es necesario asegurarse de que el cliente dispone de toda la información posible del producto de antemano y no abandona la empresa hasta que todo esté correcto.
Clientes con prepotencia
Muchas veces no aceptan sugerencias, son muy exigentes y es fácil hacer solicitudes. Lo importante es saber escuchar sus opiniones hasta encontrar el momento adecuado para comunicarse y controlar la conversación. Además, también debes hacer tus sugerencias de una manera interesante, evitar ponerte a la defensiva y no dejar de lado las emociones.
Clientes indecisos
En este caso lo básico es estudiar a los clientes y ganarse su confianza. Muéstrales diferentes ofertas para que pueda elegir, de lo contrario, puedes elegir la confianza por él. Pasa tiempo con ellos; por supuesto, el proceso de compra puede demorar más de lo normal, pero puede terminar con buenos resultados.
Clientes imitadores
Es difícil saber cuándo un cliente copiará un producto o servicio: Solo se puede ver en el tono y la cantidad de preguntas que hizo. Si tienes alguna duda al respecto, es importante que lo descubras a tiempo y te guardes cierta información relevante.
Clientes con poca paciencia
El vendedor debe poder adaptarse a su horario y proporcionarle un presupuesto específico. Asegúrese de tener materiales adecuados para este tipo de clientes (como manuales e instructivos) para que puedan estudiarlos en el futuro. La venta puede hacerse más tarde, pero será más eficaz.
Clientes muy conversadores
La clave es tener paciencia, además del personal de ventas, muchas agencias inmobiliarias cuentan con personal capacitador para esta situación. En un curso de corredor de propiedades podrás aprender mucho sobre este tipo de clientes.
También puedes brindarle servicios en otros momentos, ya que estos tiempos tienen más capacidad para ofrecerles alternativas o enviarles información de manera electrónica o por teléfono.
Cliente molesto
Habitualmente es el cliente quien provoca el mayor deterioro en la unidad de trabajo. Este es un tipo de contenido que se maneja en un entorno que maneja la molestia a la ira, porque los bienes raíces lo dañarán. Lo primero es reaccionar con mucha calma. A veces, esperar y escuchar al interlocutor es la clave. En todo momento, debes mostrar comprensión y paciencia.