No es necesario poseer un gran yate o un velero lujoso para saber navegar, de hecho esta actividad ha sido estigmatizada como un hobbie al que solo tiene acceso la clase alta de la sociedad. Sin embargo, cualquier persona podría ganarse la vida si ha asistido previamente a prácticas de navegación.
Para navegar se requieren una serie de habilidades que solo se adquieren con la práctica, cómo medir distancias visualmente, saber girar, anclar en puerto. Estas son destrezas que están más relacionadas con el tipo de embarcación, pero que de alguna manera las nociones básicas son aplicables a cualquier navío.
El resto de los conocimientos, como la lectura de cartas náuticas o las brújulas, es mejor aprenderlas de la mano de una escuela naútica, ya que nos facilitará los puntos claves para superar el examen teórico que nos permitirá adquirir una licencia de navegación.
Con esta titulación náutica deportiva, estaremos en la capacidad de dirigir embarcaciones de recreo limitadas hasta 6 metros de eslora, solamente por el día y no por la noche, y se permite alejarse hasta 2 millas de la costa.
A pesar de las limitaciones de esta licencia tendremos un campo laboral amplio, ya que la mayoría de los turistas que visitan las cosas están más interesados en un paseo corto que en una larga y peligrosa travesía. El yate utilizado para ello no tiene que ser propio obligatoriamente, puede ser también arrendado; en este sentido, estamos en presencia de una gran oportunidad de negocio.
“Por amor al mar”
Algo importante que hay que tener en cuenta por quienes se interesen en obtener esta titulación, es que más allá de las habilidades y conocimientos, el mar debe ser una pasión, esta premisa justifica el capital y el tiempo invertido para realizar esta fascinante actividad. Acude a una escuela náutica y obtén una licencia pronto!